En 2012 Pristine Seas, proyecto de National Geographic cuyo objetivo es encontrar los últimos rincones prístinos de los mares, se acercó a Oceana buscando un aliado para explorar los ecosistemas marinos de las islas San Félix y San Ambrosio: las Desventuradas. Una expedición que, tras concretarse, sorprendió al mundo al hallar fondos marinos llenos de vida, una fauna excepcional sin señales de impacto humano y que culminó con la creación del que entonces sería el parque marino más grande del Pacífico Sur.
La tripulación formada por científicos y documentalistas se embarcó en el Argo, un buque especialmente adaptado para el buceo traído desde Costa Rica. Zarpando desde Antofagasta, el equipo inició un viaje de 850 kilómetros, para luego de dos días avistar las islas, ambas deshabitadas y donde los únicos vestigios humanos son la base naval chilena presente en San Félix y un refugio construido por los pescadores de la isla Robinson Crusoe que usan durante los meses de pesca de langosta.
Durante las próximas dos semanas, los expedicionarios descubrirían ecosistemas marinos intactos. Con la ayuda de un submarino, el DeepSee Hunter, que permite tener una visión en 360°, pudieron sumergirse hasta una profundidad de 406 metros y observar un paisaje lleno de vida: bosques de algas ondulantes, abundantes poblaciones de peces, incluidos enormes atunes, vidriolas y tiburones de aguas profundas, además de frágiles corales de profundidad.
Por su parte, los buzos científicos se sorprendieron, no solo con los enormes ejemplares de langostas, los cuales medían más de un metro de longitud y alcanzaban casi los ocho kilos, sino que también por la gran cantidad de juveniles de jureles, lo cual sugería que esta era una zona importante para la recuperación de esta especie altamente sobreexplotada. Los datos recopilados permitieron concluir que el 72% de las especies de peces observadas eran endémicas de la eco-región formada por las Desventuradas y el Archipiélago Juan Fernández, siendo uno de los lugares con los mayores porcentajes de endemismo en el mundo.
Con toda la información recolectada, Oceana y Pristine Seas presentaron una propuesta al gobierno de turno para proteger la gran biodiversidad del área, amenazada por la pesca ilegal y la pesca de arrastre, la cual se concretó en 2015 con la creación de un parque marino de 300.035 kilómetros cuadrados, el que se transformó en el más grande del Pacífico Sur. Con el material audiovisual recopilado, National Geographic realizó el documental Islas Desventuradas: El Chile más salvaje.
Para seguir investigando aún más estos ecosistemas, especialmente los montes submarinos, en 2016 el equipo de Oceana fue invitado a una expedición realizada en el marco del segundo Crucero de Investigación Marina en Islas Oceánicas (CIMAR 22), programa que busca generar conocimiento científico-marino en zonas de valor estratégico. En la oportunidad, un equipo multidisciplinario de científicos de varias universidades chilenas exploró las cimas de siete montes submarinos y algunos lugares que no se alcanzaron a visitar en la expedición de 2013.
Combinando la toma de muestras biológicas con filmaciones realizadas con el vehículo de operaciones remotas de Oceana (ROV), se identificaron numerosas especies nuevas para las ciencias. Se confirmó también la alta presencia de tiburones y langostas y, lo más importante, se pudo constatar que cada uno de los montes submarinos visitados presentaba su propia fauna y diversidad, una razón más que ratificaba la creación de este extenso parque marino para el mundo.
Participantes de las expediciones:
Embarcaciones: ARGO Under Sea Hunter, Deep Sea Submersible.
La expedición fue realizada a bordo del ARGO, de la empresa UnderSea Hunter, barco de 39 metros de eslora y 8 de ancho que fue el centro de operaciones durante más de tres semanas de trabajo. Mientras un importante equipo de científicos realizó el primer estudio del estado del ecosistema, otro equipo grabó un documental. En la foto, Neil Gelinas, director del documental.
Una vidriola pasa frente al camarógrafo submarino. La mayoría de los ejemplares vistos durante la expedición destacaron por su gran tamaño.
Uno de los elementos más novedosos de la expedición fue el uso del DeepSea. Este moderno submarino tiene la capacidad de descender hasta los 450 metros de profundidad, lo que permitió que los científicos pudieran estudiar el ecosistema a niveles más profundos. En la foto, el piloto Felipe Chacón, el co-líder de la expedición, Alex Muñoz y el documentalista, Lucas Zañartu, se preparan para descender.
Durante las inmersiones en Desventuradas, uno de los peces que se pueden ver es el pampanito, siempre en grandes grupos. La biomasa de peces en Desventuradas es mayor que la que existe en las otras islas chilenas del Pacífico.
El submarino DeepSea emerge a la superficie, luego de pasar horas explorando las profundidades. Atrás se ven las formaciones rocosas y llenas de acantilados de la isla San Ambrosio, un lugar de muy difícil acceso.
Este peculiar pez que habita hasta los 30 metros de profundidad, puede llegar a medir hasta 13 centímetros. Se camufla entre las rocas y atrae otros peces con un apéndice que tiene en su boca para cazar y alimentarse.
Este bello pez debe su nombre al parecido que tiene con la fruta. En una especie endémica de las islas Desventuradas y de los montes submarinos de alrededores donde es más frecuente encontrarlo entre los 0 y 250 metros de profundidad.
Durante las inmersiones en Desventuradas se pudo encontrar ejemplares de langosta de gran tamaño, alcanzando 55 centímetros de longitud y llegando a pesar hasta 8 kilos. En esta zona es posible encontrarlas hasta 138 metros de profundidad.
Este pez tipo anguila es común verlo en las aguas de Desventuradas, siendo un hábil cazador, que se esconde entre las rocas para capturar peces pequeños. En la foto se pueden ver sus afilados dientes.
La alta presencia de estos grandes peces fue una de las más gratas sorpresas para los científicos, porque indican la existencia de ecosistemas sanos. Son carnívoros y se alimentan de calamares, peces y crustáceos.
Este tipo de cigala es endémica de Juan Fernández y las Islas Desventuradas. No tiene pinzas en ninguno de sus pies y tiene un caparazón plano, se alimenta principalmente de pequeños moluscos.
Un grueso domo de acrílico, rodea al submarino DeepSea, lo que permite tener una vista panorámica. El contraste de las olas chocando contra el acrílico produce una fantástica sensación visual.
De actividades principalmente nocturnas, de día los pulpos se mantienen principalmente ocultos entre rocas y grietas, camuflándose gracias a la capacidad que tienen de cambiar el color de su piel. Para desplazarse suelen usar sus 8 pies o propulsarse para arrancar rápidamente.
El 60% de los fondos marinos encontrados en San Ambrosio son de kelp, especie que no había sido descrita antes para Chile, ni para esta región. Estos bosques son a la vez un hábitat fundamental para varios tipos de peces e invertebrados.
Este pequeño góbido es endémico de las Islas Desventuradas donde es posible encontrarlo entre los 0 y 10 metros de profundidad.
Este hermoso pez, que llega a medir entre 10 a 15 centímetros, es posible encontrarlo entre arrecifes de rocas, alimentándose de plancton o de pequeños invertebrados del fondo marino.
Esta especie de piquero llega a ser grande y fornida, pudiendo llegar a medir 92 centímetros de longitud y 152 centímetros con ambas alas extendidas. No es una especie que se vea en la costa de Chile, sólo en las islas oceánicas del Pacífico. En la foto, un ejemplar juvenil se acerca a la lancha.
En la sala de sondajes a bordo del Cabo de Hornos, buque científico de la Armada de Chile, se pueden ver frente al piloto del Vehículo de Operación Remota (ROV), diferentes monitores que muestran en vivo las imágenes que va registrando. A la izquierda, una científica anota todas las especies que pasan en los imágenes, mientras que a la derecha, el Comandante del buque supervisa cuidadosamente la compleja maniobra entre su embarcación y el ROV.
Una mantarraya gigante de medio metro de ancho filmada a más de 200 metros, cerca de la isla San Félix.
Es un pez común en los montes submarinos de las Desventuradas y el Archipiélago de Juan Fernández. Su presencia indica la cercanía de corales, su hábitat natural.
Un lenguado observado a 125 metros, cerca de la isla San Ambrosio. Los dos puntos rojos del puntero láser marcan una distancia de 12 centímetros, indicando una longitud total de este pez de aproximadamente medio metro.