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En el planeta no hay otra isla habitada más alejada de un gran continente que Rapa Nui. Sus antiguos habitantes lo sabían y por eso la llamaban Te Pito o Te Henua, el ombligo del mundo, condición que, sumada a su cultura ancestral, otorga a este lugar de un aura de misterio, atrayendo a turistas y científicos. Entre 2011 y 2018, Oceana participó en cinco expediciones dentro de cuyos objetivos estaba descubrir si este ecosistema, a pesar de ser tan aislado, tenía alguna relación con otros lugares de la Polinesia y con la isla Salas y Gómez.

La primera expedición de Oceana a Rapa Nui se hizo junto a un equipo de National Geographic. El objetivo de esta primera expedición fue proporcionar la línea de base del ecosistema marino del Parque Marino Motu Motiro Hiva, y compararla con el estado de los ecosistemas marinos de Isla de Pascua, los cuales contaban con muy pocas medidas de protección. En Rapa Nui, los científicos pudieron observar corales en buen estado, pero una baja biomasa de peces y la ausencia de tiburones, lo cual era indicador indiscutido de un ecosistema sobreexplotado. Gran parte del material recolectado en esta expedición permitió la realización del documental “Los tiburones perdidos de Isla de Pascua” emitido por National Geographic.

Tres años más tarde se realizó una segunda expedición cuyo objetivo era determinar si la preocupante situación observada antes se repetía a mayores profundidades. Los estudios se enmarcaron en el proyecto ESMOI (Ecología y Manejo Sustentable de Islas Oceánicas), que busca generar la base científica necesaria para fortalecer una estrategia de manejo sustentable y conservación de la biodiversidad de montes submarinos e islas oceánicas chilenas. Con la ayuda del vehículo de operaciones remotas, ROV, los científicos de la Universidad Católica del Norte exploraron el monte submarino Apolo, un sitio tradicional de pesca del pueblo Rapa Nui.

De este trabajo surgió un dato muy anecdótico. Se comprobó que las pequeñas piedras volcánicas que los rapanuis habían usado por generaciones para pescar en dicho monte, resultaron ser el sustrato perfecto para el crecimiento de corales látigo. Junto a esto, se reportó también una alta abundancia de esponjas incrustantes y de algas coralinas a profundidades cercanas a los 300 metros, junto a varias otras especies nunca antes documentadas en esta región, como el pez jabalí o antigonia copros, que solo había sido registrado a través de la pesca incidental o visto únicamente en Hawaii. Por otra parte, se reportaron cuatro especies de peces potencialmente nuevos para la ciencia (Tosanoides sp. nov., Chromis sp. nov., Suezichthys sp y Parapercis sp.).

En 2016, junto a los científicos de ESMOI, se siguió adelante con la exploración de los montes submarinos de la zona, pero esta vez fueron un poco más lejos para llegar al Pukao, cuya cima se encuentra a 155 metros de profundidad. Ahí fue posible ver una gran abundancia de langostas, cigalas o rape rape en las rocas, así como una alta diversidad de equinodermos como estrellas de mar y erizos, entre ellos, 15 especies que nunca antes habían sido registrados en la ecorregión y por lo menos dos fueron reconocidas como nuevas. Por primera vez, se evidenció la presencia de lirios de mar en el lugar además de un pez soldado Myripristis chryseres.

En este viaje exploratorio pudo constatarse que la biomasa de peces era mucho mayor de lo que se pensaba en 2011 y que había una relación entre las especies de la isla y de los montes submarinos, al hallarse las mismas especies en ambos sitios. Por otra parte, en el Este de la isla lograron el primer registro de un pez de la familia Ateleopodidae, llamados jelly nose fish o pez renacuajo por su cabeza casi transparente, cuya especie es difícil de visualizar y sólo se ha registrado una docena de ellos en todo el mundo. Finalmente, se registraron las primeras imágenes del bento profundo.

En 2018, se continuó con el estudio en aguas profundas, alcanzando los 350 metros. Se completó todo el lado Este de la isla y se comenzó con la exploración del costado Oeste, lo cual se concluyó en un nuevo viaje a comienzos de 2019. En dicha ocasión pudo filmarse por primera vez un hembra embarazada del tiburón Hexanchus griseus, especie de hábito solitario que posee seis aperturas branquiales en cada lado de la cabeza. Además, siete años después de la primera expedición de Oceana a Rapa Nui, y asociado a las medidas de conservación que en los últimos se han llevado adelante, fue notorio el aumento de tiburones de arrecifes que nuevamente se pudieron encontrar frecuentando los alrededores de la isla.

Participantes de las expediciones:

  • Alex Muñoz / Co-líder de la expedición
  • Enric Sala / Co-líder de la expedición, fotografía submarina
  • Comandante Andrés Rodrigo / Comandante OPV Comandante Toro
  • Alan Friedlander / Peces
  • Dr Jim Beets / Peces
  • Carlos Gaymer / Invertebrados
  • Enric Ballesteros / Algas
  • Eric Berkenpas / Imagen remota
  • Matthias Gorny / Imágenes remotas (ROV), bentos profundo
  • Dave McAloney / Oficial de buceo
  • Neil Gelinas / Productor y director de cinematografía
  • Leandro Blanco / Cinematografía submarina
  • José Arribas / Cinematografía submarina
  • Manu San Félix / Cinematografía submarina
  • Eduardo Sorensen / Fotografía submarina
  • Lucas Zañartu / Cinematografía
  • Michel Garcia / Cinematografía submarina
  • Uri Pate / Armada de Chile, asistente ROV y representante de la comunidad Rapa Nui
  • Pedro Lazo / Conaf

Embarcación: OPV Comandante Toro, Plan B, Kahiki, Bote de Poki Tane

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Documentos Asociados

A high-latitude, mesophotic Cycloseris field at 85 m depth off Rapa Nui